El Colegio de Profesionales en Nutrición se manifestó en contra de una reforma a la Ley General de Salud que autoriza la venta de frutas, alimentos empacados, preparados o para calentar y consumir en la calle.
El 12 de abril, los diputados aprobaron un cambio en el artículo 218 de esa ley que abre ese portillo a vendedores ambulantes de comida. Se dio un plazo de tres meses a partir de su publicación, para que se redacte el reglamento.
Para los nutricionistas, sin embargo, "la reforma propuesta por el Poder Ejecutivo y aprobada por los legisladores es, además de ambigua, un retroceso en la protección de la salud pública, toda vez que se está promoviendo la venta de comida en las calles en condiciones inapropiadas y sin control alguno", manifestaron en un comunicado de prensa este jueves.
Estos profesionales aseguran que nunca fueron consultados durante el trámite de esa iniciativa, y ahora exigen ser tomados en cuenta para la elaboración del reglamento con el fin de asegurar la protección del derecho a la salud de las personas.
Con el visto bueno de los legisladores al expediente número 20059, se adicionará un artículo 218 bis a la Ley General de Salud y sus reformas, del 30 de octubre de 1973.
La reforma permite a las municipalidades regular el otorgamiento de permisos temporales, y obliga a realizar un estudio de trabajo social antes de dar esas licencias.
"Este aval solo aplica para alimentos ya preparados o empacados en razón de que la elaboración de alimentos de forma ambulante no puede ser realizada bajo condiciones ambientales sanitarias requeridas, tales como disposición de agua potable, las normas sobre manipulación de alimentos, entre otras", aclaró un comunicado de la Presidencia de la República el 12 de abril, cuando se aprobó la reforma en el Congreso.
Riesgo sanitario
Norma Meza, presidenta del Colegio de Profesionales en Nutrición, afirma que no es correcto tratar de garantizar un derecho poniendo en riesgo otro (el derecho a la salud), en alusión al objetivo de la reforma de generar empleo.
Aunque la reforma no permite cocinar en las calles debido a la falta de condiciones sanitarias básicas, si autoriza calentar ahí alimentos preparados sin que exista control sobre ese proceso y en el calentamiento posterior a la preparación, afirma el Colegio.
"Autorizar la venta de alimentos calentados en las calles es algo sumamente peligroso porque no garantiza la inocuidad y seguridad de los productos", advierte este grupo de profesionales.
"La reforma aprobada abre un portillo que pone en riesgo la salud pública a causa de un posible aumento en la prevalencia de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) cuyos principales síntomas son la diarrea y el vómito", agregó Meza.